lunes, 15 de junio de 2009

Querido CHE.


Lo han cubierto de afiches, de pancartas, de voces en los muros, de agravios retroactivos, de honores a destiempo. Lo han transformado en pieza de consumo, en memoria trivial, en ayer sin retorno, en rabia embalsamada. Han decidido usarlo como epílogo, como última thule de la inocencia vana, como añejo arquetipo de santo o satanás y quizás han resuelto que la única forma de desprenderse de El, o dejarlo al garete, es vaciarlo de lumbre, convertirlo en un héroe de mármol o de yeso y por lo tanto inmóvil o mejor como mito o silueta o fantasma del pasado pisado; sin embargo los ojos incerrables del che miran como si no pudieran no mirar, asombrados tal vez de que el mundo no entienda que treinta años después siga bregando dulce y tenaz por la dicha del hombre.

Mario Benedetti.

A 81 años del nacimiento de Ernesto "Che" Guevara.
Hacia el futuro, hasta la victoria siempre...

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