miércoles, 19 de octubre de 2011

No estarás sola.


No estarás sola,
vendrán a buscarte batallones de soldados
que a tu guerrilla de paz se han enrolado.
Y yo en primera fila de combate
abriendo trincheras
para protegernos, mi guerrillera.

No estarás sola,
te saludarán a tu paso en mil idiomas, con mil lenguajes,
la gente a la que despertaste en cada viaje,
los que dormían en las calles,
a los que preguntaste,
por su esperanza, por su desastre.

No habrá distancias
que no cubra cualquier hombre que te busque.
No habrá rincón en que tu nombre no se pronuncie.
No habrá misterio o duda en que tu presencia no luzca,
faro solidario en ausencia de paz,
en tiempos difíciles Estrella Polar.

Sola nunca, nunca estarás.

No estarás sola,
siempre habrá quien se parta en dos en cada despedida,
quien te de aliento cuando te des por vencida.
Tu revolución llenará sonrisas,
yo la incorporé a mis aperos
de trabajo, a mi vida.


Ismael Serrano

jueves, 13 de octubre de 2011

Tres mujeres, tres historias

1935, Buenos Aires: Alfonsina.

A la mujer que piensa se le secan los ovarios. Nace mujer para producir leche y lágrimas, no ideas; y no para vivir la vida sino para espiarla detrás de las ventanas a medio cerrar. Mil veces se lo han explicado y Alfonsina Storni nunca lo creyó.
Sus versos mas difundidos protestan contra el hombre enjaulador. Cuando hace años llegó a Buenos Aires desde las provincias, Alfonsina traía unos viejos zapatos de tacones torcidos y en el vientre un hijo sin padre legal. En esta ciudad trabajo en lo que hubiera; y robaba formularios del telégrafo para escribir sus tristezas. Mientras pulía palabras, verso a verso, noche a noche, cruzaba los dedos y besaba las barajas que le anunciaban viajes, herencias y amores.
El tiempo ha pasado, casi un cuarto de siglo; y nada le regalo la suerte. Pero peleando a brazo partido Alfonsina ha sido capaz de abrirse paso en el masculino mundo. Su cara de ratona traviesa nunca falta en las fotos que congregan a los escritores argentinos mas ilustres.
Este año, en el verano supo que tenia cáncer. Desde entonces escribe poemas que hablan del abrazo del mar y de la casa que la espera allá en el fondo, en la avenida de las madréporas.


1935, Buenos Aires: Evita.

Parece una flaquita del montón, paliducha, ni fea ni linda, que usa ropa de segunda mano y repite sin chistar las rutinas de la pobreza. Como todas vive prendida a los novelones de la radio, los domingos va al cine y sueña con ser Norma Shearer y todas las tardecitas, en la estación del pueblo, mira pasar el tren hacia Buenos Aires.
Pero Eva Duarte esta harta: trepa al tren y se larga.
Esta chiquilina no tiene nada. No tiene padre ni dinero; no es dueña de ninguna cosa. Ni siquiera tiene una memoria que la ayude. Desde que nació en el pueblo de los Toldos, hija de madre soltera, fue condenada a la humillación, y ahora es una nadie entre los miles de nadies que los trenes vuelcan cada día en Buenos Aires, multitud de provincianos de pelo chuzo y piel morena, obreros y sirvientas que entran en la boca de la ciudad y son por ella devorados: durante la semana Buenos Aires los mastica y los domingos escupe los pedazos.
A los pies de la gran mole arrogante, altas cumbres de cemento, Evita se paraliza. El pánico no la deja hacer otra cosa que estrujarse las manos, rojas de frío y llorar. Después se traga las lágrimas, aprieta los dientes, agarra fuerte la valija de cartón y se hunde en la ciudad.


1916, Buenos Aires: Isadora.

Descalza, desnuda, apenas envuelta en la Bandera Argentina , Isadora Duncan baila el Himno Nacional. Una noche comete esa osadía, en un café de estudiantes de Buenos Aires y a la mañana siguiente todo el mundo lo sabe: el empresario rompe el contrato, las buenas familias devuelven sus entradas al Teatro Colon y la prensa exige la expulsión inmediata de esta pecadora norteamericana que ha venido a la Argentina a mancillar los símbolos patrios.
Isadora no entiende nada. Ningún francés protestó cuando ella bailó la Marsellesa con un chal rojo, azul y blanco por todo vestido. Si se puede bailar una emoción, si se puede bailar una idea, ¿por que no se puede bailar un himno?. La libertad ofende. Mujer de ojos brillantes, Isadora es enemiga declarada de la escuela tradicional , el matrimonio, la danza clásica, y de todo lo que enjaule al viento. Ella baila porque bailando goza, y baila lo que quiere, cuando quiere y como quiere, y las orquestas callan ante la música que nace de su cuerpo.


Eduardo Galeano

jueves, 22 de septiembre de 2011

Podrán cortar todas las flores pero nunca podrán detener la primavera


¿Por qué tener un rival?¿Por qué tener esos ojos? los que te miran tan mal. Ya no se puede salir de la historia y menos volver atras, unos se creen tan fuertes pero no siempre ganan. Pudiste apagar la luz y no apagaste sus almas. Quisiste tapar el sol pero no tapaste nada, solo escondiste las caras que no te dejan descansar. Y estamos más juntos y cerca que nunca. ¿Pudiste imaginar que esa mentira que vos derramabas un día te iba a ahogar? Pudiste apagar la luz y no apagaste sus almas. Quisiste tapar el sol pero no tapaste nada, solo escondiste las caras que no te dejan descansar, que no te dejan respirar, que no te dejan delirar, que no te dejan descansar.


Esos Ojos - No Te Va Gustar

jueves, 30 de junio de 2011

Nueve años.


Dicen que los rieles
tienen sentido
cuando ejercen de puente
para acercar distancias.

Bajo un cielo de junio
se atropelló a la lógica
y embanderó con sangre
cruces
de una estación.

Dos piquetes de vida
más allá de la lucha
aguardan su sentencia.

Pasajeros de a pie
con la justicia en marcha
circulan con sus sombras
sobre vías de luto.

No hay boleto al regreso
ni barreras

que silencien el grito.


Silvia Spinazzola

El 27 de junio de 2002 Página 12 titualaba: La cacería policial terminó con dos muertos a balazos. El 26 de Junio esos muertos a balazos estaban vivos, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán marchaban, entre el puente Pueyrredon y la estación Avellaneda, cuando la Policía Bonaerense decidió reprimir y les quitó la vida. El pásado sábado se cumplieron 9 años de aquel trágico episodio.

miércoles, 27 de abril de 2011

Palabras como cuerpos.


Recuperar de nuevo los nombres de las cosas
llamarle pan al pan, vino, llamarle al vino
al sobaco, sobaco, miserable al destino
y al que mata llamarle de una vez asesino.

Nos lo robaron todo, las palabras, el sexo
los nombres entrañables del amor y los cuerpos
la gloria de estar vivos, la crítica, la historia
pero no consiguieron robarnos la memoria.

Ellos tienen también cuerpo bajo la ropa
piernas, uñas, sudor, vientre, mocos, colmillos
manos que no acarician, dedos que no se tocan
sólo saben firmar y apretar el gatillo.

Nosotros que queríamos vivir sencillamente
hermanos de la lluvia, del mar, de los amigos
pronunciar la palabras que vencen a la muerte
buscar bajo tu falda alimento y abrigo.

Nosotros que queríamos nombrar las amapolas
decir viento, amanece, rabia, fuego, decir
que si tú tienes costa mi lengua es una ola
nosotros que queríamos simplemente vivir.

Nos vimos arrojados a éste combate oscuro
sin armas que oponer al acoso enemigo
mas que el dulce lenguaje de los cuerpos desnudos
y saber que muy pronto va a desbordarse el trigo
y saber que muy pronto va a desbordarse el trigo.



- Joaquín Sabina -

miércoles, 23 de marzo de 2011

A las madres de Mayo ...


Te busca madre mientras su cuerpo es mecido
por el mar en el que se sumerge dormido.
Sueña tu abrazo, busca recuerdos,
a los que aferrarse para no conciliar el sueño.

El mar se inquieta, es tempestad, lamento.
¿Quién pudo lanzar mil ángeles desde el cielo?
Y oye tus gritos, blancos pañuelos,
cubren sus aguas, los trajo el viento.
Manda una ola para que se lleve
a los traidores que sembraron tanta muerte
.

Barcos y náufragos oyen sus voces.
Les dicen "Nunca, nunca, olviden nuestros nombres".
Díle a las madres que en algún lado,
donde hace falta, seguimos luchando.

Madre, tu hijo no ha desaparecido.
Madre, que yo lo encontré andando contigo.
Lo veo en tus ojos, lo oígo en tu boca,
y en cada gesto tuyo me nombra.
Lo veo en mis luchas y me acompaña
entre las llamas de cada nueva batalla
.

Guían mis manos sus manos fuertes,
hacia el futuro, hasta la victoria siempre.
Guían mis manos sus manos fuertes,
hacia el futuro, hasta la victoria siempre.

Ismael Serrano.



¡MADRES DE LA PLAZA, EL PUEBLO LAS ABRAZA!
Jamás podrán apagar sus voces, ni las almas de los 30.000 jovenes, que, donde quiera que estén, siguen mostrándonos el camino hacia una Argentina más justa.
Por ellas, por sus hijos, por los nietos y por los que han perdido la vida, es que debemos seguir culpando y pidiendo justicia para que los responsables civiles y militares de este genocidio de estado sean guardados de por vida tras las rejas.

viernes, 18 de marzo de 2011

Aquí se respira lucha...


Soy,
Soy lo que dejaron,
soy toda la sobra de lo que se robaron.
Un pueblo escondido en la cima,
mi piel es de cuero por eso aguanta cualquier clima.
Soy una fábrica de humo,
mano de obra campesina para tu consumo.
Frente de frio en el medio del verano,
el amor en los tiempos del cólera, mi hermano.
El sol que nace y el día que muere,
con los mejores atardeceres.
Soy el desarrollo en carne viva,
un discurso político sin saliva.
Las caras más bonitas que he conocido,
soy la fotografía de un desaparecido
.
Soy la sangre dentro de tus venas,
soy un pedazo de tierra que vale la pena.
soy una canasta con frijoles ,
soy Maradona contra Inglaterra anotándote dos goles.
Soy lo que sostiene mi bandera,
la espina dorsal del planeta es mi cordillera.
Soy lo que me enseño mi padre,
el que no quiere a su patria no quiere a su madre.
Soy América latina,
un pueblo sin piernas pero que camina.

Tú no puedes comprar al viento.
Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
Tú no puedes comprar el calor.
Tú no puedes comprar las nubes.
Tú no puedes comprar los colores.
Tú no puedes comprar mi alegría.
Tú no puedes comprar mis dolores.

Tengo los lagos, tengo los ríos.
Tengo mis dientes pa` cuando me sonrío.
La nieve que maquilla mis montañas.
Tengo el sol que me seca y la lluvia que me baña.
Un desierto embriagado con bellos de un trago de pulque.
Para cantar con los coyotes, todo lo que necesito.
Tengo mis pulmones respirando azul clarito.
La altura que sofoca.
Soy las muelas de mi boca mascando coca.
El otoño con sus hojas desmalladas.
Los versos escritos bajo la noche estrellada.
Una viña repleta de uvas.
Un cañaveral bajo el sol en cuba.
Soy el mar Caribe que vigila las casitas,
Haciendo rituales de agua bendita.
El viento que peina mi cabello.
Soy todos los santos que cuelgan de mi cuello.
El jugo de mi lucha no es artificial,
Porque el abono de mi tierra es natural.

Tú no puedes comprar al viento.
Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
Tú no puedes comprar el calor.
Tú no puedes comprar las nubes.
Tú no puedes comprar los colores.
Tú no puedes comprar mi alegría.
Tú no puedes comprar mis dolores.

Você não pode comprar o vento
Você não pode comprar o sol
Você não pode comprar chuva
Você não pode comprar o calor
Você não pode comprar as nuvens
Você não pode comprar as cores
Você não pode comprar minha felicidade
Você não pode comprar minha tristeza

Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
(Vamos dibujando el camino,
vamos caminando)
No puedes comprar mi vida.
Mi tierra no se vende.

Trabajo en bruto pero con orgullo,
Aquí se comparte, lo mío es tuyo.
Este pueblo no se ahoga con marullos,
Y si se derrumba yo lo reconstruyo.
Tampoco pestañeo cuando te miro,
Para q te acuerdes de mi apellido.
La operación cóndor invadiendo mi nido,
¡Perdono pero nunca olvido!

(Vamos caminando)
Aquí se respira lucha.
(Vamos caminando)
Yo canto porque se escucha.

Aquí estamos de pie
¡Que viva Latinoamérica!


No puedes comprar mi vida.

jueves, 27 de enero de 2011

Una imagen vale más que mil palabras ...


Quisiera que me recuerden sin llorar
ni lamentarme,
quisiera que me recuerden por haber hecho caminos,
por haber marcado un rumbo,
porque emocioné su alma,
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados,
porque interpreté sus ansias,
porque canalicé su amor.

Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices,
la seguridad de los justos,
el sufrimiento de los humildes.

Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores,
con comprensión por mis debilidades,
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido,
que será el más duro castigo por no cumplir mi deber de hombre.




Y finalmente lo lograste Nestor, hoy te recuerdo; los que elegimos una patria para todos, los que pretendemos una Argentina más latinoamericana que nunca, los que asumimos nuestro compromiso como ciudadanos, los que creemos que este modelo ha sabido incluir y distribuir mejor que otros, muchos otros; Nosotros los que seguiremos luchando y acompañando a una mujer que bien supiste poner al frente, nosotros te recordamos.
Hasta la victoria siempre, compañero!!